Violencia obstétrica

¿Has escuchado hablar sobre la violencia obstétrica?

Violencia obstétrica es el maltrato que sufre la mujer embarazada al ser juzgada, atemorizada, vejada, lastimada física y emocionalmente, también se incluye el no ser respetada en sus decisiones.
Es recurrente en los hospitales, encontré ésta definición y muy valiosa información en la siguiente página:
http://cisav.mx/violencia-obstetrica/

Hay miles de testimonios acerca de este tema, principalmente en mujeres que dieron a luz en hospitales públicos.

Soy Margarita y les quiero contar mi historia
sobre como viví la violencia obstétrica:

El comienzo

 

Me alivié en el Hospital Materno Infantil Leona Vicario, en Ixtapaluca, Edo. de México. Tuve 53 horas de trabajo dolorosísimo de parto, complicaciones y finalmente una cesárea urgente.

Empecé con dolores el sábado 15 de septiembre de 2012. Mi umbral al dolor es muy bajo, para empezar mi esposo minimizó mi dolor, me dijo que esos dolores eran terribles y que él pensaba que todavía no era el momento… tenía razón pero desde ahí me empecé a sentir minimizada.

Al siguiente día fuimos al hospital, tenía APENAS 1 CENTÍMETRO DE DILATACIÓN… y yo ya sentía que me iba muriendo. Me revisó una doctora y fue muy amable, me mandó de regreso a mi casa, con la orden de cita abierta por si se aceleraban las contracciones, y aparte me mandó hacer un ultrasonido al siguiente día para ver bien a la bebé, esto si me alcanzaba el tiempo.

Trabajo de parto

Pasé la noche más terrible de mi vida, desde aproximadamente las 2 de la mañana no pude acostarme, ni moverme fácilmente, ya no dormí. En la mañana desayuné y fuimos a hacerme el ultrasonido.

El médico me dijo que ese mismo día sería el parto pues la beba ya estaba muy abajo. Fuimos al hospital, eran como las 2 de la tarde, apenas llevaba 4 centímetros… así que me pusieron a caminar pero me dijeron que ese mismo día me iban a internar.

Todo ese día ya no pude hacer pipí pues la beba me aplastó la vejiga, entonces, aunque sentía sed, ya no quise tomar agua. Mi dolor era demasiado intenso. Así estuve horas arrastrándome por la clínica pues ya no podía estar parada, sentada o acostada. A eso de las 4 me volvieron a revisar, ya llevaba 6 centímetros, pero me dijeron que no me podían internar hasta que tuviera 7 cm.

 

Se acerca el momento del parto

 

Por fin a las 6:30, en medio de una abarrotada sala de espera, me internaron, intercedió por mí una doctora que conocía de vista a mi esposo y ella fue LA ÚNICA DOCTORA que me trató bien en el hospital, ella amablemente me ayudó a desvestirme y fue la única en darme palabras de aliento y tratarme delicadamente, desafortunadamente ella iba de salida pues terminaba su turno, me dejo “encargada” con algunas enfermeras, pero ellas también se fueron de cambio de turno. Tuvieron que ponerme una sonda para poder orinar pues ya no soportaba la incomodidad.

Me trasladaron a la zona de trabajo de parto, yo estaba muy nerviosa y sólo escuchaba a varias mujeres pujando, gritando, sufriendo… y pues me puse más y más tensa. Llegó el doctor que me atendió, era el único de guardia para atender como a 10 mujeres que dieron a luz esa noche.

Me pusieron en una cama junto a otra cama vacía en donde una doctora o pasante, la verdad ni supe bien que sucedía, estuvo jugando largo rato con su celular ajena a mínimamente respetar el dolor ajeno y retirarse a otro lado a seguir jugando. Se me acercó el doctor que me atendió, yo estaba bloqueada del dolor, me hizo algunas preguntas básicas y procedió a inyectarme oxitocina y romperme la fuente con su mano…de sólo recordarlo me vuelve a doler.

Las contracciones se intensificaron a tal punto que yo sentía que me rompía, el agua de la fuente salió caliente y fuertemente, fue un shock emocional y de dolor intensísimo. Entonces empecé a gritar. El doctor se me acercó y me dijo: Puja, hazte del baño, puja fuerte…. …. … o sea ¿cómo me dice eso? Me dio asco y miedo, empecé a pujar pero como yo no avanzaba, se fue a seguir atendiendo a las demás.

Las contracciones aumentaron y también mi desesperación. Lo único que yo hacía era gritar del dolor. Llego un momento en el que me puse a suplicar que me atendieran pues yo no podía aguantar más, y el bebé no salía… Regresó el doctor pero se puso de malas pues creía que yo no estaba pujando lo suficiente, le rogué que me hiciera una cesárea pues yo YA NO PODÍA MÁS, pero el insistió en que pujara y me puso más oxitocina.

Me estaban amenazando de que si no pujaba, mi bebé iba a empezar a sufrir. De nuevo le supliqué al doctor que hiciera algo pues yo ya no podía soportar más, le dije que usara fórceps ó algún otro instrumento (había yo visto previamente en internet que había un implemento que se colocaba en la cabeza del bebé, formando vacío, y que estaba conectado a una manguera que jalaba al bebé y quería que usara eso), pero me empezó a regañar y me dijo: estás loca, eso va a lastimar al bebé. Yo sinceramente sentía que ya me iba a morir y lo único que quería es que el bebé saliera para poder morir en paz, estaba convencida de que no iba a sobrevivir…

Pasaron 45 minutos, los más largos, horribles y dolorosos minutos de mi vida, yo ya no podía más y estaba empezando a perder el conocimiento, finalmente alguien revisó el ritmo cardiaco del bebé y vieron que empezaba a tener sufrimiento fetal, así que me vendaron y me prepararon para la cesárea.

Llegó el momento

 

Yo estaba casi inconsciente, no recuerdo casi nada del parto, recuerdo que me apretaron en forma de bola para ponerme la epidural, lo siguiente que recuerdo es que el doctor le pidió a otro doctor (o pasante o enfermero, no sé) que me empujara a la bebé desde afuera del canal vaginal, hacia adentro, para poder él sacarla por la abertura abdominal que me hicieron… la cabeza de la bebé estaba totalmente atorada en mi pelvis, y luego sentí jalones… lo siguiente que recuerdo es haber visto a un bebé anaranjado como camarón en una mesa cercana a mí, y que le estaban poniendo un como refractario transparente en su cabeza, y a pesar de que estaba seminconsciente, adolorida, abrumada, me empezaron a regañar y me decía el doctor “ya ves lo que le hiciste a tu bebé, no respira bien y va a estar en observación”.

Perdí de nuevo el conocimiento. Desperté horas después, ya le habían dado de comer a la bebe y estaban esperando a que yo despertara para pasarnos a piso. Cuando ya pude mover las piernas me llevaron a piso, junto con la beba, ella seguía en observación pero junto de mí, en la misma cama, no se la llevaron a alguna zona en donde realmente se estuviera midiendo su desempeño. En el test Apgar salió 7/9 pues no respiró bien al principio.

Ya por la mañana del martes dijeron que la respiración de la beba ya era normal y el infierno terminaba para mí. Me pusieron el DIU sin mi permiso, yo le dije al doctor que no lo quería pero, cuando terminó la cesárea, en algún momento me dijo que de todas formas lo iba a poner, y que si no me parecía fuera a que me lo quitaran después…

Violencia obstétrica

 

El trato médico

 

Me trató muy mal ese doctor, arriesgo mi vida y la del bebé, me impuso un método anticonceptivo y prolongo el trabajo de parto de una forma que fue tortuosa. Se reventaron todas las venitas de mis ojos del esfuerzo… y aun así, teniendo los ojos rojos, el doctor creyó que no me esforcé.

Por supuesto que no justifico al doctor, su proceder fue malo y carente de ética, pero es relevante que sólo estaba él para atender a 10 ó 12 mujeres que se aliviaron esa misma noche. Sólo hay 12 camas, así que es un hospital chiquitito como para merecer llamarse hospital materno infantil. Por otro lado, al estar en un ambiente tan tenso, tuve un shock nervioso y grite y perdí totalmente el control, lo que también contribuyó a que el procedimiento fuera complicado.

 

La situación en México

 

La situación en México está muy complicada, últimamente abundan las noticias de mujeres que tienen que dar a luz en la vía pública o en el patio y salas de espera de los hospitales, de negligencias médicas. Cada vez hay más personas en este país, nos seguimos multiplicando pero no construyen más hospitales ni universidades, así que entonces no cabemos. Es necesario construir más y mejores hospitales para que puedan atender a un mayor número de mujeres, no es posible que haya un sólo hospital de especialidades para entidades federativas con miles de habitantes.

Aunque el país va lento en todo, la iniciativa privada cobra fuerza. La nueva vía es crear instituciones bajo esquemas de asociaciones civiles o fundaciones, que den soluciones en donde el gobierno está rezagado. Es importante informarnos y unirnos a iniciativas que ya están trabajando en las problemáticas más urgentes: salud y educación.

Si estás atravesando por una complicación médica durante tu embarazo y parto puedes llamar a la Fundación Mexicana de Prevención y Salud Materna A. C. al 01800materna. En su página web http://saludmaterna.org/  o en Facebook: https://www.facebook.com/mujer.mexico.5
Ellos te pueden asesorar.

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Comparte tu testimonio, no te quedes callada ni aceptes o justifiques las negligencias médicas.

También puedes encontrar información y testimonios en los siguientes links:

https://www.gire.org.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=431&Itemid=1250&lang=es

http://www.animalpolitico.com/blogueros-punto-gire/2013/11/25/violencia-obstetrica-en-tres-actos/#axzz2mwppTw00

http://www.proceso.com.mx/?p=342983

http://maternidadsinriesgos.org.mx/

http://www.maternidadsegura.org.mx/comite/organizacion.html

 

Artículo escrito por Margarita Meza Ghenno

 

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