Discriminación por género y más…
Hace días discriminaron a mi bebé por ser niña. Fue en la ludoteca a la que asistimos cada sábado, entramos y habían dos niños más grandes jugando con luchadores de plástico y un ring de juguete, los niños eran dos, como de cinco y siete años probablemente. Mi beba, mi linda y sociable beba, en cuánto ve seres humanos de cualquier tamaño se emociona, sonríe y quiere ir a interactuar, entonces, ella corrió y les extendió la mano para jugar con ellos, a lo que el niño más grande me dijo muy indignado, los juguetes para niñas están allá (señalando el otro extremo del lugar), y me la aventó a un lado y jaló a su amiguito para que le dieran la espalda a mi beba…
Híjole, quieres matar a los chamacos que avientan o le pegan al tuyo, y sientes feo… más feo sentí porque mi beba de un año y cinco meses, les buscaba la cara y quería jugar con ellos, sonriéndoles sin entender porque la rechazaban… Entonces les dije muy indignada a esos chavillos: “Mi niña juega con los juguetes de niño, ella juega con todo”, agarre a mi beba de la mano y me fui a otro lado a jugar con ella con otro ring de juguete y varios luchadores de plástico… pos estos. Ya luego se nos acercaron y el grande le aclaraba al chico que esa niña jugaba con juguetes de niño y ya no le volvieron a dar la espalda o a empujarla…
De acuerdo a Amnistía Internacional, cada día en México, mueren seis mujeres por crímenes de violencia extrema. No podemos negar, por mucho que seamos muy open mind, que vivimos en una sociedad muy, pero muy machista. Basta ver la televisión abierta para darse cuenta de ello, o escuchar los chistecitos y los estereotipos tan arraigados que tenemos para darnos cuenta de que en este país la mujer lleva las de perder.Pero saben quién es la culpable de que el machismo impere en este país… no es televisa ni t. v. azteca, tampoco son los tipos de guerra de chistes o brozo…
SON LAS MAMITAS MEXICANAS QUE CRIÁN MACHITOS MEXICANOS.
Mamítas que, como las mamitas de los chamacos de mi relato del principio, no ven mal que su niño empuje a una niña, o le pegue a la hermanita, o le ponga los cuernos a la novia. Mamitas que hacen que sus hijas mujeres la ayuden con el quehacer, mientras que sus hijos varones se van a jugar. Mamitas que les enseñan que hay juguetes para niñas, y juguetes para niños, que visten de rosa a las niñas pero ni se imaginan ponerle algo rosa a sus niños.
Mamitas que les enseñan desde muy pequeñitos a sus hijos las palabras ZORRA, JOTO, MARICÓN y no precisamente porque les expliquen lo que eso significa, sino porque las dicen en su presencia de forma graciosa y aceptada.
Mamitas para las que las novias de sus hijos siempre van a ser unas zorras que no merecen a sus hijos, pero que perdonan que los novios de sus hijas les peguen o las manipulen. Mamitas que inculcan limitaciones a sus hijos. Mamitas que viven bajo el dicho: “Hijo de ni hija mi nieto, hijo de mi hijo quién sabe”. ¿Por qué un adolescente que tenga muchas novias es bien visto, pero una chica con muchos novios es una fácil?.
Creo que no debemos esperar hasta que los hijos crezcan para “corregirlos”, o espantarnos por lo que está pasando en ciudad Juárez. Más bien hay que voltear a ver lo que sucede en nuestra propia familia, porque estoy segura de que en cada familia mexicana, numerosa o de pocos integrantes, de cualquier nivel socioeconómico y educativo, siempre hay algún caso de violencia, siempre, y generalmente es contra una mujer, pero también hay casos opuestos, el punto es que hay violencia en contra de algún integrante y se acepta y se calla.
Si tenemos un prejuicio, como el que hay juguetes para niños y niñas, y que no se deben mezclar, daremos lugar a que ese prejuicio se convierta en un estereotipo, y después demos por hecho que hay actividades exclusivas de género, por ejemplo que sólo mujeres pueden dedicar a maestras de kínder y hombres al sacerdocio. Si ese estereotipo persiste, da lugar a un tipo de racismo y empezamos a discriminar a otros sólo por SER lo que nos molesta. Y si este racismo crece y empieza a ser violento, puede llegar a convertirse en un genocidio. Seguramente no queremos que nuestros hijos sean racistas, entonces, más que enfocarnos en enseñarles a no serlo, habría que checar el ejemplo que les damos, si eres de las que llegan a mencionar la palabra naco, hay que pensar bien que tienes un error y no debes ser incongruente, de que sirve que en la escuela le enseñen al niño acerca de las guerras y el racismo, si para ti es tan fácil comentar con la comadre lo gordo que te cae el naco de la esquina, aunque ni lo conozcas ni te haya hecho absolutamente nada, sólo te cae mal y ya…
Aparte, hay que recordar que siempre hay alguien que nos puede discriminar, así que sabemos lo feo que se siente, entonces no lo hagas. A lo mejor se te hace muy fácil empujar a la indígena que va en el metro junto a ti, por que huele mal, por que trae bultos y varios niños, o sencillamente porque es indígena. Pero haber que sientes tú cuándo vas a comer al restaurant del museo de antropología y te atienden al último y con jetas porque eres mexicana, y a las meseras malinchistas les interesa más atender güeros que dejan propinas en dólares, que a ti. Y ni hablar de si buscas estudiar o trabajar en el extranjero, ahí la apestosa serías tú. Entonces bueno, quisiera hacerles una propuesta, quisiera que tratemos de quitar de nuestro vocabulario los adjetivos peyorativos hacia las personas, no son la gorda, el naco, la enana, tienen un nombre y se merecen el mismo respeto que tú y que tu bebé. No podemos esperar respeto cuando no lo damos en nuestra vida cotidiana a TODA la gente. Yo tardé tiempo en quitarme la palabra naco del vocabulario pero lo he logrado, y ahora hablo mejor, por mucho que me enoje el vagonero que se sube con su escándalo al metro, no me refiero a él con un adjetivo, sencillamente es un ser humano, punto. Ojalá tu empieces a quitarte los adjetivos peyorativos, se ve una más guapa e inteligente cuando dejas de usarlos.
Y para mejores resultados ya le compré carritos a mi hija y le pongo camisas más masculinas, yo quiero que ella se valore y no se limite por ningún prejuicio, si quiere ser luchadora la apoyaré, también lo haré si quiere ser estilista o astronauta, y no quiero que se dedique a algo solamente porque la orillaron a eso, o que acepte la discriminación como algo natural, quiero darle alas para que ella vuele en la dirección que quiera, y sólo espero que la respeten y que ella respete a los demás en esta sociedad tan deteriorada en la que vivimos, pero en la que como madres, tenemos mucha cola que nos pisen.
P. D. La mayoría de los asesinos seriales tienen en común dos cosas: el maltrato a los animales y madres controladoras y castrantes, así que MUCHO OJO MAMÁS, MUCHO OJO, por que podemos
convertirnos en la mala de la película.
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