¿Sabes qué es ser una madre tigre?
Tipos de crianza
He leído acerca de diversos tipos de crianza, cada especialista hace su propio listado y es difícil encontrar un listado globalmente aceptado.
En Wikipedia, la definición de crianza dice: La crianza de los hijos es la acción de promover y brindar soporte a la actividad física, la actividad emocional, el desarrollo social y el desarrollo intelectual de un niño o niña desde su infancia hasta su edad adulta.
También se refiere a los aspectos del crecimiento del niño independientemente de la relación biológica. O sea una chambota!!
Hay tres estilos de crianza que imperan y son obvios: Autoritario, permisivo y democrático.
Ahora voy a abordar un poquito acerca del autoritario, pues es obvio que el idóneo es el democrático, y el permisivo sirve para echar a perder a un ser humano y convertirlo en un “nini”.
Ser madre tigre
Amy Chua es una mujer estadounidense hija de inmigrantes chinos, es profesora de Derecho en la Universidad de Yale, y estricta madre de dos hijas. Publicó un libro en el 2011 titulado Madre tigre, hijos leones, en donde cuenta con lujo de detalles la forma sumamente estricta con la que crió a sus hijas.
Con su sistema ha levantado gran polémica, ese mismo año la revista Time la incluyó en su listado de las 100 personas más influyentes del mundo.
Para Amy su objetivo final no era caerles “bien” a sus hijas, sino hacer de ellas seres capaces de enfrentarse al mundo, competitivo y cruel como es. Amy tiene una serie de reglas estrictas dentro de las que destacan:
- Dormir fuera de casa.
- Asistir a ‘playdates’ con otros niños (reuniones).
- Participar en una obra de teatro del colegio.
- Protestar por no estar en una obra de teatro del colegio.
- Ver la televisión o jugar en el ordenador.
- Elegir sus propias actividades extracurriculares.
- Sacar una nota por debajo del sobresaliente (A).
- No ser el número uno en todas las asignaturas (excepto gimnasia y teatro).
- Tocar un instrumento que no sea el violín o el piano.
- No tocar el piano o el violín.Estas reglas, y más, están incluidos en el libro “Battle hymn of the tiger mother”, escrito también por ella.
Esta madre no ceso hasta convertir a sus hijas en destacas concertistas. A través de largas horas de ensayos y clases, castigos y palabras duras. Cuenta por ejemplo que rechazó una tarjeta de cumpleaños que una de sus hijas le hizo cuando tenía 4 años, y le exigió que confeccione una mejor; o cómo amenazó a Lulu (la más pequeña y rebelde de sus hijas) con llevar la casa de muñecas al Ejército de Salvación si no tocaba una melodía de piano a la perfección, cuando la niña tenía apenas 7 años. También relata que llegó a llamar a Sophia (su hija mayor, pianista) basura en una ocasión en la que se mostró muy irrespetuosa con ella…
El tema tuvo mayor relevancia gracias a que la autora y los medios se han encargado de radicalizar y estereotipar el tema. Se habla entonces de crianza de madres chinas versus madres americanas, cuestión sumamente dañina pues así se empieza a gestionar el racismo. En particular yo no creo que toooodas las madres chinas sean estrictas ni tooooodas las madres estadounidenses sean blandengues.
Creo que la cuestión no va por ahí, si bien, estamos atravesando por problemas generalizados entre los adolescentes (embarazos, bulliying, desórdenes alimenticios, etc.), no podemos, ni debemos, explicarlos meramente por la ubicación geográfica o por raíces socioculturales.
¿Es bueno este tipo de crianza?
Hay muchísimos detractores de esta mujer y de su postura, y algunos defensores, principalmente radicales orientales. Lo que quiero destacar es que, con estos maltratos y altos estándares se daña la autoestima del niño. No es necesaria la inflexibilidad, aunque lo estricto está íntimamente ligado a lo exitoso.
Hace tiempo me tocó ver de cerca entrenamientos de gimnasia artística de niñas pequeñas, y es increíble la forma en la que los entrenadores les hablan a las niñas, muy tajantes, fríos y, hasta cierto punto, agresivos, y lo peor es que las madres lo autorizan e incluso lo agradecen, pero es que el forjar a campeones de alto perfil eso implica, ahí no hay cabida para decirle: “corazón hermosa, eres muy talentosa pero te recomiendo bajar de peso”, ahí sencillamente se dice: “tienes que ponerte a dieta porque estás engordando”, y pues bueno, cuándo se lo dices a una niña de siete años… si a mí me incomoda actualmente que me lo digan, si me lo hubieran dicho en la infancia, lo más probable es que fuera anoréxica, comedora compulsiva o paciente de by pass.
Pero nada más hay que ver las olimpiadas y la forma en que con una sola mirada, los entrenadores pueden fulminar la carrera de un atleta por un leve error. Así que nos es cosa de chinos y gringos pues los rusos también tienen alto nivel y arduas disciplinas para encumbrar al éxito a sus jovencísimos atletas. Es cosa de sistemas estrictos y radicales de llegar a metas específicas.
Yo crecí padeciendo una estricta crianza, jamás me dejaban salir a la calle a jugar con otros niños, ni tampoco ir a casa de amigos. Tuve una bicicleta pero no se me permitió aprender a usarla pues no podía salir a la calle. Durante la primaria y secundaria tuve excelente promedio académico pues no había de otra, punto. Como mi madre trabajaba y no podía cuidarme, yo tuve las obligaciones de un adulto… Y me rebelé, lo que me llevó a reprobar un año en la prepa, no entrar a tiempo a la universidad, ni a la carrera que yo más quería, medicina, a vicios y a salirme de la casa a los 19 años.
Aunque la raíz de esa disciplina me ayudó pues, por mi cuenta, terminé una carrera en sistema abierto, conseguí buenos y cada vez mejores trabajos y retribuciones, me compré un departamento, y me considero una persona disciplinada, ordenada y exitosa.
Realmente no tengo una preferencia por un sistema de crianza tan estricto, yo creo que hay que ver en el fondo del carácter del niño, hay quiénes tienen madera para soportar palabras duras, castigos y rutinas extenuantes, para lograr determinado éxito, pero también hay chicos que se suicidan en el intento, también hay otros que nos convertimos en adultos que arrastramos problemas de autoestima y tratamos de llenar carencias infantiles.
Aunque ahora agradezco mucho algunas cosas que me inculcaron a base de lágrimas, regaños e imposiciones, desconozco otras cosas típicas de niños como jugar, hacer amigos o andar en bici. Y ahora que soy mamá me es muy difícil modular mi voz y mis palabras a la hora de reprender a mi hija, sé que le impongo exigencias prematuras y tengo un nivel de perfección que espero de ella, pero me mantengo atenta para auto domar a la mamá tigre que puedo llegar a ser por mi contexto infantil.
Fuentes y más información:
http://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,2043477-1,00.html (en inglés)
Artículo escrito por Margarita Meza Ghenno
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