DIY: ¿Cómo hacer un germinador cabecita con pelo de pasto?
Las plantas y los árboles son parte esencial del mundo que nos rodea, y aunque nuestros hijos vivan en la ciudad o en el campo, siempre hay formas de acercarlos a la naturaleza. Enseñarles a cuidar otros seres vivos no solo despierta su curiosidad, también les ayuda a desarrollar empatía, responsabilidad y amor por el medio ambiente.
Cuando mi hija Ximena entró a la primaria, comenzó a aprender sobre el crecimiento de las plantas. Para complementar lo que veía en clase, hicimos juntas una actividad que nos encantó: un germinador casero. Ella misma lo bautizó como “Gigi”, y desde entonces se ha encargado de cuidarlo todos los días con entusiasmo.
¿Qué es un germinador y por qué hacerlo con niños?
Un germinador es una manera sencilla y divertida de mostrarles a los niños cómo nace y crece una planta. Ver cómo aparece el “cabello verde” de su muñeco planta se convierte en una experiencia mágica que los conecta con los ciclos de la vida. Además, es una excelente herramienta para enseñarles sobre paciencia, constancia y la importancia del agua, la luz y el cuidado diario.
¿Cómo hacer un germinador en casa?
Materiales:
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1 media (puede ser vieja o de tobillera)
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Aserrín
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Alpiste
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Recipiente con agua
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Un platito
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Ojitos móviles, botones, fieltro o lo que tengas para decorar
Instrucciones:
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Prepara la media: Corta la media para dejarla a la altura del tobillo.
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Rellena: Coloca en el fondo de la media (que será la parte superior de la cabeza del muñeco) una buena capa de alpiste —esto será su cabello—. Luego añade aserín hasta formar una bola del tamaño de tu puño.
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Cierra: Aprieta la media para compactar el contenido y haz un nudo firme. Usa el extremo del nudo como nariz del muñeco.
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Decora a tu gusto: Con los ojitos móviles, fieltro o materiales reciclados, crea la cara de tu germinador. ¡Puedes hacer un monstruo, una princesa, un perrito o lo que la imaginación de tu hijo proponga!
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Hidrata: Sumerge la cabeza del muñeco en un recipiente con agua hasta que dejen de salir burbujas. Esto asegura que el alpiste esté bien húmedo.
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Cuida: Coloca el muñeco sobre un platito y agrégale agua todos los días. Déjalo en un lugar donde reciba luz natural (sin sol directo) y buena ventilación.
En unos días, verás cómo empiezan a brotar los primeros tallos… ¡como si tuviera cabello de pasto! Nosotros estamos esperando que a “Gigi” le crezca una melena abundante para hacerle trenzas. 
¿Por qué esta actividad es tan valiosa?
Además de ser una manualidad divertida, este germinador se convierte en una rutina diaria que fortalece el vínculo entre padres e hijos. También puede ser el primer paso para que los niños desarrollen conciencia ecológica y comprendan la importancia de cuidar nuestro planeta.
¿Te animas a hacer uno con tus peques? ¡Nos encantará ver cómo nombran y decoran a su germinador!
Les comparto un video que encontré en internet para que puedan ver mejor cómo se hace:
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